Hace semanas que no escribo por aquí y no es casualidad, desde que el Coronavirus aterrizó en nuestras vidas, sentí la necesidad de alejarme de las redes sociales, tanto a la hora de publicar como de informarme.

Ellas no tienen la culpa de cómo las gestionamos, pero en este tema y en mi opinión, han hecho mucho daño, nos han despreocupado y nos han alarmado a partes iguales, creando un caos en nuestra cabeza y nuestras vidas.

Por mi parte empecé la negación al problema, antes de que pareciese un problema, ya he pasado por la fustración y por fin, estoy en modo acción. Mientras he estado en esta montaña rusa, no quería comunicar, porque mi forma de afrontar las cosas estaba tomando forma y tenía claro que con eso, a medio cocer, no podía ayudar a nadie.

Todo lo que he escrito aquí hasta ahora, ha sido para informar o ayudar y este virus no iba a hacer que cambiaran las cosas. Pero sí nos va a cambiar.

Aunque parezca lo contrario, nos va a cambiar a mejor.

Hay un proverbio chino que dice:

“Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa”

Y parece que vamos a poder darle algunas vueltas más que eso. Si hace unas semanas te contaran que pasaría esto ¿lo creerías?

Yo, no. Me parece todo un capítulo de Black Mirror y os prometo que cada mañana me despierto pensando que ha sido un mal sueño.

Debemos sacarle el significado a todo lo que está ocurriendo, vamos a empezar a valorar cosas que habíamos dejado de valorar y hemos recuperado el tiempo que siempre andamos echando en falta. Aún así, parece que todo no está bien y hay una sensación general de que estará peor. Y no pienso que sea incierto, nos van a faltar cosas, pero vamos a ganar otras que son más necesarias que todo lo material o superficial que se nos está quitando.

Esta batalla nos está enseñando que todos, absolutamente todos, somos iguales y que lo que pasa en un mercado de China, afecta de igual forma en la capital de España. El COVID-19 no entiende de razas, de posición social ni de estilo de vida. Nos está acercando, de una forma agresiva y brutal pero nos está uniendo. 

Amigos, no voy a decir que después de, todo sea igual, no lo pienso. Será necesariamente diferente. Todo pasará, por supuesto que sí y debemos estar preparados para ello, pero ni por asomo penséis que no vamos a poder.

Mi punto y final a toda la negatividad que me estaba llegando con este tema, lo puso un esguince de grado dos, que me cayó de la forma más tonta el martes. Justo en el momento en el que en la cabeza me resonaba ¿pueden ir las cosas peor? Claro que pueden, si estás dispuesto a ello. No te dejes influir por la negatividad del ambiente y más que nunca, marca la diferencia con tu actitud. Vamos a pensar en positivo para atraer lo positivo, que incluso ahora, se puede. Sólo hay que abrir la puerta para que la luz entre.

Desde estas líneas os mando un abrazo virtual enorme, vuelvo a las filas de la comunicación con la lección aprendida y con contenido para ayudaros en estos días que además de duros, vienen cargados de aprendizaje.

Vamos a recuperar nuestra vida y en nuestra mano estará darle el verdadero significado que tiene ♥

#yomequedoencasa