Imagino que en vuestros barrios ocurrirá lo mismo, de cada vez son más los pequeños comercios que cuelgan el cartel de «liquidación por cierre»…

En mi opinión, si alguien podría sacarnos de esta difícil situación, serían precisamente esos autónomos que no despiden a sus empleados, negocios familiares que reducen su sueldo en vez de destruir empleo de forma que aunque más modestamente, todo el mundo pueda llevar el pan a su casa. Pequeñas empresas que tienen más que una obligación mercantil con sus empleados y que los tratan como a personas y no como a números.

Se me encoje el corazón cada vez que paso por una calle por la que hacía tiempo que no pasaba y donde antes había un negocio, ahora no hay más que un local vacío. Por eso mismo, dentro de lo que puedo, apoyo a los pequeños comercios de mi barrio, intento comprar los dulces del domingo en la panadería de la esquina en vez de en el supermercado. Las telas, en esa tienda de siempre donde ya las compraba mi abuela. Mercerías, tengo varias que cuentan con casi un siglo de vida donde compro todo lo que necesito para customizar la ropa de mi showroom. Y aunque lamentablemente de cada vez menos, porque van desapareciendo, visito tiendas de ropa que llevan ahí toda la vida, tiendas donde no existe la temporada y donde puedes encontrar entre sus percheros auténticas piezas vintage sin estrenar, con etiquetas donde un día se escribieron en pesetas los precios y que no por ello dejan de ser menos bonitas. En el mundo de la moda todo vuelve y si buscas bien en este tipo de tiendas, siempre encuentras prendas que están de moda con el extra de que no las tiene todo el mundo, es decir, auténticas joyas.

Este es el caso de esta camisa, que compré en una de estas tiendas por la que pasé el otro día a buscar nuevos tesoros y descubrí que había cerrado sus puertas. Bajonazo total.

Un post en homenaje a todos esos pequeños comercios que están luchando por mantenerse y que necesitan más que nunca que les echemos una mano. En su mayoría son personas con más de cincuenta años que lo van a tener muy difícil a la hora de encontrar trabajo si pierden su negocio, así que os animo a comprar en sus establecimientos.

Todas las prendas del look son de otras temporadas, pero aún así he conseguido crear un look actual, ya sabéis que me encanta reciclar.

Los zapatos que llevo en las fotos son de ZARA (de hace muchas temporadas) y no os voy a mentir, nada cómodos, los típicos que te pones para salir a cenar siempre y cuando puedas aparcar en la misma puerta y no tengas que andar mucho.

Me los compré cuando trabajaba en ZARA y sinceramente, ahora mismo no lo haría, aún teniendo en cuenta lo mucho que estilizan, pero como andan por el armario habrá que darles uso…

camisa: tienda local

falda: New Yorker old

calzado, bolso, cinturón: ZARA old

pulsera: ECI

reloj: André Belfort

Y vosotras…

¿Compráis en los pequeños comercios?

fotos by Natasha