Me gusta tener mermelada en la nevera, no para comer cada día, pero sí para añadirla a alguna tostado, un bowl especial o un postre. La receta que os traigo hoy, incluso está deliciosa acompañando al queso, que tampoco es un alimento que incluya mucho en mi dieta, pero me encanta y de vez en cuando me doy un capricho.

Tenía naranjas en casa y no quería que se me echaran a perder, así que me puse manos a la obra. Hace un tiempo, probé mermelada de naranja en un restaurante, con un toque de romero y desde entonces, la tenía en mente para hacer su versión saludable. Esta receta no tiene azúcar (ya sabéis que yo y el azúcar no somos amigas)

Ingredientes

-3 naranjas

-4 dátiles sin hueso

*Hidrátalos durante unas horas o mételos en agua hirviendo durante unos minutos para que se deshagan mejor.

-1/2 cucharadita tamaño café de jengibre fresco rallado.

-1/2 cucharadita de canela molida.

-1/2 cucharadita de romero

-1 cucharada sopera colmada de semillas de chía

*Previamente machacadas en un mortero para que salgan todos sus nutrientes. 

Preparación

Pela las naranjas y quita la parte blanca (amarga). Una vez troceadas, añade a una olla, junto a los dátiles triturados, la canela, el romero, el jengibre y dos cucharadas soperas de agua (para que no se pegue al principio, luego la naranja soltará más agua)

Cuece a fuego medio durante media hora con una tapadera, removiendo de vez en cuando. Retira del fuego y tritura la mezcla en una jarra americana. Añade la chía, remueve y deja enfriar a temperatura ambiente. Si ves la mermelada un poco líquida, no te preocupes, a medida que vaya enfriándose, espesará.

Mete la mermelada en un bote de cristal y métela en la nevera, su fecha de caducidad es aproximadamente 12/14 días.

¡A disfrutar!

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