Hay cosas en esta vida, tan especiales, que irremediablemente se las apañan para hacerte vivir algo único.
Y eso es lo que me pasó con mi Colvin ♥
¿No sabes de lo que te estoy hablando? ¿Lo sabes?
Tanto si la respuesta es sí como no, os va a gustar saber que la zona de reparto de Colvin, llega por fin a Mallorca y he tenido la suerte de ser una de las primeras afortunadas en recibir una obra de arte en casa, en concreto su ramo Living Coral que pertenece a la colección de Primavera.
Hasta aquí todo bien, flipé durante un buen rato nada más abrir la caja, oye que parecía que acababan de cortar las flores y es que la entrega en menos de 24 horas, con el acortamiento de la cadena de distribución que esto incluye, hace que lleguen a casa fresquísimas.
Una se pregunta cómo pueden llegar tan perfectas, con un diseño tan cuidado hasta el detalle… y sobre todo con un precio tan bueno si lo comparas con otros sitios con productos similares.
En fin, que una vez entra un Colvin en tu vida, ocurren cosas mágicas como me pasó a mí y de repente te llama alguien que hace mucho que no ves y al que habrías dicho que no tienes tiempo porque es verdad, pero dices… ¿y si monto un picoteo improvisado? Y piensas un poquito más, total, con mi Colvin haga lo que haga va a parecer que hay un manjar en la mesa ja ja
Y eso hice, llegando a las cinco a casa y sin haber comido, preparé una ensalada de pollo, algo de fruta y puse un vinito en la nevera. Y de ahí salió un ratito maravilloso con una persona que aprecio mucho.
Ahora tengo la suerte de poder tener este espacio en casa, pero esta mesa y estas sillas, se han pasado la mayor parte del tiempo en el maletero del coche y me he montado desayunos, comidas y cenas improvisadas en lugares espectaculares de Mallorca… ¡y públicos! Es un lujo que está al alcance de todos amigos.
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