A medida que la población mundial crece y la presión sobre el planeta aumenta, se antoja necesario optimizar al máximo los recursos disponibles. ¿Acaso la moda iba a ser un caso aparte? No ha de serlo. ¿Significa eso que el producto final ha de perder calidad o clase? ¡De ninguna manera!
El vestir, toda una declaración de intenciones
Sin duda habrá quien diga que, sencillamente, se pone aquello que le pilla más a mano. Pero, incluso en ese caso, la ropa que se lleva transmite un mensaje al mundo. Porque nuestra imagen constituye una parte de lo que somos, así como también exhibe ciertas señales de lo que ambicionamos ser. Si somos más coquetas o más cohibidas. Si nuestros gustos son más formales o más rompedores.
Nuestro atuendo es capaz de transmitir una alegría desbordante o cierta tristeza. De hacer que nos destaquemos entre la multitud. Y de realzar nuestros puntos fuertes. Es capaz, incluso, de proclamar a los demás determinados gustos musicales o artísticos… o nuestra visión respecto a un determinado asunto. Nos da o nos quita cierto margen de seguridad.
Y hay un aspecto más, que ha cobrado enorme fuerza recientemente: la capacidad de contribuir a que se haga un uso responsable de nuestros recursos naturales. Pues existen marcas de bikinis, como por ejemplo Bananamoon.com, que se esfuerzan en ser lo más ecológicas posible. Esta es, pues, una declaración de intenciones en toda regla, anclada directamente al fabricante de la prenda.
La responsabilidad como forma de vida: hacia una nueva industria textil
Especialmente desde finales de la Segunda Guerra Mundial, con el nacimiento del estado del bienestar y la expansión de una clase media que llegó a ser mayoritaria, se impuso un modelo de alto consumo. Modelo que ha dado al mundo una prosperidad nunca antes vista pero que, en el plano negativo, ha venido haciendo un uso voraz y poco eficiente de nuestros recursos naturales. Y ha generado una enorme contaminación. Una vez nos hemos concienciado de este problema, la sociedad intenta dar pasos firmes hacia una mayor sostenibilidad. ¿Cómo puede contribuir la industria textil en este sentido? Veamos el caso de la empresa mencionada anteriormente, Banana Moon, y su programa Eco Responsable:
- Apuesta por la calidad del producto.
La relación es clara: una adecuada calidad logra alargar la vida útil de las prendas, siendo el número de deshechos producidos, a la larga, sensiblemente inferior. Igualmente, el consumidor ha de salir ganando. - Reducción de emisiones.
Íntimamente relacionado con el punto interior. Pero, además, teniendo mucho que ver con el cómo se fabrican las prendas. En este caso, la casi totalidad del proceso es realizado en el taller propio, donde la sostenibilidad es segura. Y no se recurre a un elevado número de intermediarios y transportes. - Reciclaje y modelo de economía circular.
Se utilizan nuevos materiales como el econyl (compuesto a base de deshechos de nylon). La idea es que los materiales que se emplearon para realizar el primer bikini sean utilizados para fabricar un segundo. Y, de este modo, se evita que los desechos pasen a ser agentes contaminantes en los vertederos. 
Tendencias de bikini y bañador para el año 2024
Así como el bañador largo se impuso durante un considerable periodo de tiempo, también el bikini pasó a ejercer cierto monopolio en las playas y piscinas de gran parte del mundo durante décadas. Una vez superados estos prejuicios, las nuevas tendencias apuestan por una gran variedad de formas y piezas, todas ellas plenamente modernas, funcionales y atractivas.
Los bikinis apuestan tanto por el monocromatismo como por audaces combinaciones entre sus dos piezas. Incluso puedes adquirir varios bikinis cuyas piezas puedas intercambiar entre sí (como una parte superior negra con una braguita con patrones geométricos blancos y negros). Igualmente, dispones de partes superiores con o sin asillas (depende de cómo quieras tomar el sol). O con aros, lo cual realzará adecuadamente tus pechos. Y de partes inferiores más o menos atrevidas o ceñidas (clásica, brasileña, shorty, tanga, de talle alto…).
En materia de bañadores, los hay más cerrados, con escote, de espalda descubierta, con decoración de conchas y estilo trikini unidos a la altura del ombligo o en un lateral (incluso trikinis de dos colores, una novedad de lo más llamativa). Olvídate, por tanto, de la imagen vetusta de aquellos bañadores de antaño, por lo general muy poco favorecedores.
Disfruta de un buen chapuzón este nuevo año con una imagen renovada… en todos los sentidos
Sea cual sea esa imagen que quieres dar al mundo (u ofrecerte a ti misma), vas a contar con opciones de sobra. Que, sí o sí, se van a adaptar plenamente a tus gustos y a tu cuerpo. Y que, incluso, te ofrecen la posibilidad de ser una persona más concienciada con el medio ambiente.
Ahora, echa una ojeada… ¿qué es lo que más te gusta?
