Hace unos meses recibía la llamada de Teresa, interesada en mis servicios de Personal Shopper, en concreto en el estudio de armario, semanas antes se lo había hecho a su hermana y quedó tan contenta que ella también quiso que le ayudara a sacar el máximo partido a su armario y también al de su marido. Hasta aquí, algo normal, la potencia del boca a boca que es realmente como arrancamos los emprendedores, pero este trabajo tenía algo especial y es que me tenía que desplazar a Menorca, lo sé, vivo en Mallorca, es cruzar un charco, pero el hecho de que mi trabajo me de la posibilidad de viajar y conocer sitios nuevos, fantástico, es algo fantástico. Menorca es la única isla que me faltaba por conocer de las Baleares, mi familia es de Ibiza y es la que siempre ha tirado para veranear y ver a la familia, pero Menorca estaba ahí esperándome…
Llegué el sábado con tres horas de retraso por culpa de la niebla, algo tenía que pasar, las que me seguís en redes sociales sabéis que estas cosas son typical Aurora jaja sí, me lo tomo a risa y que me pasen continuamente todo tipo de contratiempos me ayuda a tomármelo todo de otra forma, mientras el resto de pasajeros puso el grito en el cielo, con nervios y demás alteraciones (la verdad es que hubo un momento en el que nos cancelaron el vuelo) yo estaba ahí tan tranquila, reorganizando el viaje por si llegaba más tarde, leyendo un libro, planificando mi estancia en Menorca en la más absoluta de las calmas. Problema, solución.
Llegué a Menorca y mi Fiat500 me estaba esperando en el aeropuerto gracias a Menorca Rent, servicio de alquiler de coches que os recomiendo totalmente, económico y sin necesidad de dejar un depósito en metálico o a través de la tarjeta de crédito, si tuviera que añadir algo sólo sería que los coches de alquiler en zonas de playa incluyeran una nevera para bebidas ¿verdad que sería muy top?. Como echo de menos conducir y que fácil fue con este coche, tan manejable, tan bonito, tan todo. Puse rumbo a casa de Teresa y la verdad que fueron 12 horas intensas de trabajo, pero valió la pena porque tanto ella como su marido quedaron muy contentos y el esfuerzo tuvo su recompensa, dos días Menorca y yo.
Opté por alojarme en la zona de Ciutadella, las puestas de sol en esa zona son impresionantes y una de las cosas que más me llenan de energía y que más me relajan es ver una bonita puesta de sol. Me alojé en los Apartamentos Sol Ponent (cómo llegar AQUÍ), en Cala Blanca, acogedores y sencillos pero con todo lo necesario, están dotados de cocina, microondas, nevera y todo tipo de utensilios por lo que son perfectos para unas largas vacaciones, para sentir la isla como si vivieras en ella. Las camas son súper cómodas y dormí del tirón, aunque teniendo en cuenta que llegué a la una de la mañana al apartamento después de trabajar todo el día (sí, me perdí, pero Google Maps lo solucionó…) y que me había levantado a las cinco y media de la mañana, tampoco era muy difícil. Los apartamentos tienen acceso directo a una bonita cala de rocas y piscina con unas vistas extraordinarias desde donde se puede ver la puesta de sol.
Calita de rocas frente a Apartamentos Sol Ponent, Cala Blanca
Apartamentos Sol Ponent
Nada más levantarme fui en busca de un supermercado, tarea que no fue nada fácil, queda un mes para que arranque la temporada y casi todos los comercios están cerrados, por si os sirve de ayuda encontré el supermercado Diskont (travesía Santandria KM 0,2, cómo llegar AQUÍ) súper completo y que abre incluso los domingos por la mañana. Almendras, fruta, gazpacho y pa amb oli con queso mahonés han sido mis alimentos en estas mini-vacaciones, acompañados de mucha agua y un par de Coronitas bien fresquitas (y gajo de limón que no falte) para ver la puesta de sol. Como tenía poco tiempo y quería ver el máximo de cosas posibles mi primera parada fue para merendar en Cala Morell (cómo llegar AQUÍ), a la que se accede en diez minutos bajando una escalera y que está rodeada de preciosos acantilados. La zona está bastante edificada, preciosas casas de color blanco dan un toque muy especial a este lugar, si te gusta tomar el sol estirado en las rocas como las lagartijas, este es tu sitio, si esperas una playa con arena, tendrás que buscar otra. Por la zona hay un restaurante que me habían recomendado varias personas pero que este día estaba cerrado, Restaurante Troglodita’s (cómo llegar AQUÍ), donde sirven una deliciosa caldereta de Langosta. Estaba sola en la playa y la verdad que no me quedé más tiempo porque no me hacía mucha gracia (Menorca es muy tranquilo pero oye, ahí gritaba y nadie me oía jaja) así que merendé con estas preciosas vistas y hacia el próximo destino…
En la misma rotonda para acceder a Cala Morell encuentras indicaciones para ir hasta la Necrópolis de Cala Morell, a la que se accede de forma gratuita y es de las más bonitas de Menorca, visita obligada si estás por la zona, 14 cuevas de piedra, alguna de ellas con espectaculares claraboyas con vistas al cielo. Teniendo en cuenta que fueron construcciones funerarias no es de extrañar la energía tan potente que sentí en este sitio.
(vestido y bolso vintage, gafas Stradivarius SS15, bambas Aurora Vega Showroom)
Tras la visita a la necrópolis, regresé a Cala Blanca, no es ninguna mentira que en Menorca hace mucho viento y en este caso era bastante frío por lo que nadar en el mar fue misión imposible, así que después de pasar por Cala Santandria, una playita muy normal perfecta para ir con niños (cómo llegar AQUÍ) y observar una preciosa familia de patos en la misma playa, fui hacia Cala Blanca, donde busqué refugio del viento bien pegadita a un muro para comer y echar una mini-siesta.
Cala Santandria
Cala Blanca
Si sigues a la izquierda de Cala Blanca (cómo llegar AQUÍ) accedes a una zona de rocas acantiladas desde donde se pueden apreciar unas vistas panorámicas espectaculares, perfectas para dar un paseo.
A estas alturas del día ya estaba agotada, pero feliz de poder disfrutar de todo esto. De vez en cuando me gusta viajar sola, un par de días con mi compañía, mimarme, cuidarme y poner las cosas en orden, porque vivimos tan rápido que dejamos de prestar atención a las pequeñas cosas y Menorca ha sido mi respiro para pararme y retomar un ritmo en el que me sienta cómoda, disfrutando de cada momento como viene siendo habitual. Ducha rápida y café en Irish Pub The Blarney Stone (cómo llegar AQUÍ), muy cerca del apartamento y que se llena para ver la puesta de sol desde su terraza, frente a un espectacular mirador.
(vestido Aurora Vega Showroom, jeans Bershka old, cuñas Son Shoes SS15, bolso vintage, gafas Mango old)
Pero mi plan para dar la bienvenida a la luna era otro, el Faro de Artrutx (cómo llegar AQUÍ), junto a un precioso mirador donde viví la hora más mágica de mi estancia en Menorca.
¿Hay algo más mágico que una puesta de sol? Me fascinan, me dan calma y regresé al hotel con una sonrisa que no se me ha quitado todavía. Al día siguiente me levanté pronto para aprovechar el día, desayuné en el apartamento porque quería merendar en el pueblo, en concreto en el bar La Reina (cómo llegar AQUÍ), donde me prometieron y no me mentían que servían un delicioso hummus. Os recomiendo además cualquiera de sus zumos naturales, el Rojo Intenso con sandía, se sale. También me hablaron maravillas de sus calabacines y berenjenas rellenas aunque no llegué a probarlos. En la misma calle de este bar tienes cantidad de tiendas donde encontrar el típico calzado menorquín, la albarca en todos los colores y materiales que te puedas imaginar.
Unas calles más atrás, cerca de la Catedral (cómo llegar AQUÍ) aproveché para dar una vuelta, poco shopping en Menorca (de hecho tengo varias clientas que vienen de vez en cuando a comprar a Mallorca desde aquí), pero os puedo recomendar Surkana que tiene vestidos, esparteñas y cestas de calidad. Coll Menorca 25, con una preciosa selección multimarca de hombre. Sensacions, una tienda de jabones naturales perfectos como recuerdo de Menorca. Ana Durán (calle Seminari), una tienda con una colección de baño de ensueño. Y perfumerías Pons, de las que encontré varias por Menorca y donde venden mi firma preferida de maquillaje, Lola Make Up.
Para cerrar mi paso por Ciutadella, visité Líthica, Pedreres de S’Hostal (cómo llegar AQUÍ) un recinto de canteras de marés, la asociación Líthica lo alquiló para cuidarlo y que no cayera en el olvido esta preciosa construcción. En su día se extraía el marés de forma manual e impresiona su laberinto y escaleras talladas sobre el marés hace muchos años. Además de ser otro lugar con mucha energía (llámame tonta pero a mí estas cosas me impresionan mucho) es un lugar que reúne muchas especies de pájaros, así como infinidad de plantas, un pequeño paraíso en el que vale la pena perderse. La entrada cuesta 5€ y tardas una horita y media en verlo todo, este importe ayuda a su mantenimiento por lo que lo invertimos en una buena causa.
(vestido y bambas Aurora Vega Showroom, levita Bershka SS15, bolso vintage)
Como veis he aprovechado al máximo mi paso por Ciutadella, en el próximo post os contaré mis preferidos en Mahón, por si tenéis pensado escaparos a Menorca y os sirve de ayuda, no sé lo que me ha dado esta isla pero me acabo de marchar y ya tengo ganas de volver…
Soy una enamorada de Menorca. He estado en varias ocasiones y cada año necesito volver. Precisamente hoy he escrito un post de Cala Macarelleta, visita obligada en la isla.
Besotes
http://www.mybeautrip.com
me lo apunto para la próxima!
esta isla es espectacular…
tomo nota 🙂