¿Sabías que se puede hacer cerveza a partir de pan reciclado? Hasta hace poco yo tampoco lo sabía, hasta que descubrí un lugar en Madrid con una filosofía que me cautivó por completo. En colaboración con Mendrugo Tap Room, tuve la oportunidad de conocer su propuesta: una cervecería artesanal que combina sabor, sostenibilidad y conciencia social en cada detalle.
MENDRUGO no es una cervecería cualquiera. Su concepto parte de una idea tan simple como brillante: elaborar cerveza artesanal utilizando pan reciclado. Sí, ese pan que en muchos sitios se desperdicia aquí se transforma en algo nuevo, delicioso y con propósito. Su lema, “No tengo desperdicio”, resume perfectamente su forma de entender la gastronomía y la vida.

Mendrugo, un proyecto sostenible que cuida cada detalle
Pero su compromiso con la sostenibilidad no se queda en la elaboración de la cerveza. Todo el espacio refleja esa misma filosofía. El mobiliario del local está hecho con materiales reutilizados del negocio anterior, los platos de aluminio se fabrican con material reciclado y cada rincón está diseñado para minimizar el impacto ambiental. En Mendrugo todo tiene una segunda vida, y nada sobra.

Además, detrás del proyecto hay un equipo que cree de verdad en lo que hace. Cuidan el ambiente laboral, fomentan el bienestar de las personas que trabajan allí y eso se nota en la energía del lugar: hay un ambiente acogedor, relajado y lleno de buenas vibraciones.
En Mendrugo tienen la cerveza artesana de lavanda que tienes que probar, por tiempo limitado
Durante mi visita probé varias de sus cervezas. Aunque suelo ser más de vino, me sorprendieron gratamente. Entre las opciones fijas y las de temporada, hay sabores únicos y atrevidos, como la cerveza de lavanda o la de jengibre. La de lavanda se convirtió en mi favorita: equilibrada, aromática y diferente. Eso sí, es una edición limitada, así que si tienes ocasión de probarla, no la dejes pasar.

Una carta reducida, pero cargada de auténtico sabor
La comida merece un capítulo aparte. Cada plato está pensado con el mismo espíritu de aprovechamiento y calidad. El guacamole ahumado con papadamus tiene un toque a brasa irresistible. Las croquetas de codillo son una reinterpretación de un plato anterior de la carta, y el resultado es espectacular.

Los aros de cebolla caseros —el rebozado lleva cerveza— son probablemente los mejores que he probado.

Y el pollo a la brasa con chimichurri destaca por su sabor auténtico y la calidad de la materia prima.

El espacio cuenta con zona de mesas, área de billar y una decoración cálida que invita a quedarse. Mendrugo es más que una cervecería: es un ejemplo de cómo se puede disfrutar de la buena comida y bebida apostando por una forma de consumo más responsable y sostenible.

Si estás en Madrid, Mendrugo Tap Room es una parada obligatoria. No sólo por su excelente propuesta gastronómica, sino por la historia, los valores y la pasión que hay detrás de cada pinta y cada plato.
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